El legendario taponero de los Criollos de Caguas está cerca de empatar y superar la marca de salvados en la LBPRC
Por Rubén A. Rodríguez
El relevista dominicano Ricardo Gómez ha sido un modelo de consistencia, profesionalismo y longevidad en el béisbol invernal puertorriqueño. Dichos atributos se han combinado con una serie de habilidades en el montículo que lo mantienen en un sitial de excelencia.
Con 46 años, el nativo de Puerto Plata se ha convertido en una figura legendaria en el béisbol de Puerto Rico y todavía sigue propinando outs y salvando partidos en el torneo nacional con los campeones Criollos de Caguas.
Cómo lo sigues haciendo a tus 46 años?, se le preguntó.
“Bueno, es una bendición de Dios. Yo me preparo bien. Pongo mi mente bien enfocada en trabajar y en hacerlo bien. Eso me ha ayudado hasta ahora tener buenos resultados. Si no fuera por la bendición de Dios ni que yo me lo soñara. Esa fortaleza para seguir en este trabajo”, dijo el relevista dominicano al portal criollosdecaguas.com.
“Pero como dije es por la dedicación y la disciplina. Me levanto cada día agradeciendo esa bendición de poder lanzar. No tengo palabras”.
Gómez, quien firmó con la organización de los Piratas de Pittsburgh en el 1997, ha sido un trotamundos en el béisbol jugando tanto en Puerto Rico, Venezuela y México aunque ha sido en la Isla donde ha hecho la mayor parte de su carrera profesional.
El veloz tirador derecho debutó en el torneo invernal con los Indios de Mayagüez en la campaña del 2009-2010. También ha lanzado para los Cangrejeros de Santurce. En las últimas cinco temporadas ha jugado en el uniforme de los Criollos.
Gómez reconoce que no cuenta con la misma fortaleza y velocidad en sus lanzamientos de antaño. Pero en la actualidad posee algo que no podía contar cuando tenía juventud: experiencia para poder contrarestar los embates de la edad.
“Obviamente no cuento con aquella velocidad. Esa consistencia de poder tirar a 94 y 95 millas por hora no la tengo. Pero me mantento en los 90 y 91 millas. Cuando uno ha jugado tanta pelota y cuando uno se ha enfrentado a tanto pelotero en diferentes liga, uno se mantiene haciendo ajustes. Es saber pitchear”, dijo Gómez, quien es uno de los mejores taponeros de la LBPRC desde la década del 2010.
“Comandar la zona del strike. Eso es lo que yo le digo a los lanzadores jóvenes. Cuando el pitcher comanda la zona del strikes puedes decir que eres un pitcher. Si tú solo te enfocas en tirar duro, tirar duro y no en realidad lo que es la zona, comandar los lanzamientos entonces no puedes lanzar en ningún lado”.
“Yo con el tiempo lo he logrado, pero eso es con el tiempo y con la experiencia. Eso me ha dado resultado. Yo sé que no puedo lanzar a 95-96 o 97, pero con los pitcheos que yo tengo y como comandando la zona pues si Dios me sigue bendiciendo, le pongo dos años más lanzando, facil”, dijo denotando un alto grado de confianza.
Estás seguro que estarás relevando a los 48 años? se le preguntó.
“Ufff, relajado. Sí porque cuando tú trabajas y te cuidas por tu presencia cuando dicen ‘por ahí viene fulano a lanzar y está difícil’ sabes que te has ganado ese respeto por tu trabajo y la dedicación”.
“No es que viene fulano. Es que uno tiene que ganarse ese respeto. Y cómo uno se lo gana? Pues con tu trabajo, sacando outs y teniendo ese comando de los pitcheos para que a los bateadores se le haga más dificil darle para alante a esa bola”.
Gómez no oculta sus intenciones de conseguir una meta icónica en el torneo puertorriqueño.
El lanzador derecho de San Felipe está a solo ocho de empatar la marca de juegos salvados en la liga establecida por Saúl ‘Monaguillo’ Rivera con 76. Gómez actualmente tiene acumulados 64 y ocupa el segundo lugar.
Eso te motiva a seguir lanzando en Puerto Rico?
“Sí. Eso me motiva. Es un privilegio. Para mí esa es una meta, pero antes de todo yo soy una persona que me aferro a una meta. Sí es importante. Es para lo que uno trabaja y juega. Me he puesto esa meta y espero que sea para este año o para el próximo para alcanzar ese anhelado premio. Ahora mismo ya estoy dejando una huella por ser el segundo, pero me gustaría ser el primero. Si Dios me da esa dicha de ser el primero en la historia del béisbol de Puerto Rico. Estaré muy orgulloso y me sentiré muy afortunado”, concluyó.